Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos.

Apocalipsis 3:20

Reflexión de Mateo 5:16


«Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos.» (Mateo 5:16)


Este versículo es parte del Sermón del Monte (Mateo 5-7), donde Jesús enseña a sus discípulos sobre la vida cristiana y las características del reino de los cielos. En Mateo 5:16, Jesús hace una exhortación clara y directa a sus seguidores: ser luz en el mundo. El versículo se puede dividir en dos partes:

    «Así alumbre vuestra luz delante de los hombres…»
    La palabra «luz» en este contexto no es meramente una referencia a la iluminación física, sino una metáfora de la presencia, la vida y la verdad de Dios en los creyentes. La luz simboliza la pureza, la sabiduría y la verdad que vienen de Dios. El verbo «alumbre» sugiere una acción continua, que implica un testimonio activo. Los discípulos de Jesús están llamados a ser visibles en el mundo, reflejando la luz divina a través de sus vidas y acciones.

    «…para que vean vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos.»
    La meta de las buenas obras no es la autopromoción, sino que otros, al ver esas obras, den gloria a Dios. El propósito no es el reconocimiento personal, sino la exaltación de Dios. Esto resalta el carácter del cristiano: no se trata de hacer algo bueno para ganar prestigio, sino para que Dios sea reconocido como el autor de toda bondad.


    Este versículo tiene paralelismos en otros pasajes del Nuevo Testamento que resaltan el mismo principio de vivir una vida cristiana visible y ejemplar.

      Filipenses 2:15
      «Para que seáis irreprensibles y sencillos, hijos de Dios sin mancha, en medio de una generación maligna y perversa, en la cual resplandecéis como luminares en el mundo.»
      Aquí, Pablo utiliza una imagen similar de «luminar» o «luces» en un mundo oscuro. Al igual que en Mateo 5:16, la idea es que los creyentes deben ser visibles, reflejando la pureza y santidad de Dios en medio de un mundo caído.

      Juan 8:12
      «Otra vez Jesús les habló, diciendo: Yo soy la luz del mundo; el que me sigue no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida.»
      Jesús se presenta a sí mismo como la luz del mundo, y los cristianos, como sus seguidores, son llamados a reflejar esa luz. A través de las buenas obras y la vida transformada por Cristo, los discípulos de Jesús continúan reflejando la luz de Cristo

      Pasajes contrastantes

        Efesios 5:11-13
        «Y no participéis en las obras infructuosas de las tinieblas, sino más bien reprendedlas. Porque vergonzoso es aun hablar de lo que ellos hacen en secreto; pero todas las cosas, cuando son reprendidas por la luz, son hechas manifiestas; porque la luz es lo que manifiesta todo.»
        Este pasaje contrasta con el llamado a ser luz en el mundo, advirtiendo contra la participación en las obras de las tinieblas. Si bien Mateo 5:16 nos llama a mostrar buenas obras para glorificar a Dios, Efesios 5 resalta la necesidad de evitar todo lo que es opuesto a la luz y vivir en conformidad con la verdad.

        Aplicación práctica
        El llamado de Mateo 5:16 es un desafío diario para todos los creyentes. Ser luz en el mundo implica más que simplemente ser visibles; implica vivir con integridad, amor, compasión y santidad. Cada acción, cada palabra y cada actitud debe reflejar la luz de Cristo. La gente de nuestro alrededor debe notar una diferencia en nosotros que no es producto de nuestra naturaleza humana, sino de la transformación que Cristo ha hecho en nosotros.

          En la vida cotidiana: ¿Cómo estás reflejando la luz de Cristo en tu trabajo, en tu familia, o en tu escuela? ¿Tus actos de bondad son solo para que te vean o para que Dios sea glorificado?
          En las dificultades: Incluso cuando enfrentamos oposición o dificultades, nuestro llamado es seguir brillando. La luz de Cristo brilla más intensamente en la oscuridad.

          Conclusión
          El versículo de Mateo 5:16 es un recordatorio constante de que como discípulos de Cristo, somos llamados a ser un reflejo de su gloria. Nuestras buenas obras no son un fin en sí mismas, sino que son el medio a través del cual otros pueden ver el amor y la verdad de Dios. Si vivimos de acuerdo con los principios del reino de los cielos, nuestra luz atraerá a otros a glorificar a Dios.

            La verdadera luz no se oculta, sino que brilla para que todos la vean. Nuestro testimonio de vida debe ser un faro en un mundo oscuro, indicando el camino hacia Dios. Al final, nuestro propósito no es ser reconocidos, sino hacer que el nombre de Dios sea exaltado y conocido.

            «No se trata de brillar por nosotros mismos, sino de reflejar la luz del que nos salvó. y nos llamo de tinieblas a luz»




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