Todo lo puedo en Cristo que me fortalece.
Filipenses 4:13
Hermanos amados, en este verso, el apóstol Pablo nos revela una verdad profunda y poderosa que ha sido un consuelo y una fortaleza para innumerables creyentes a lo largo de los siglos. Pablo declara con confianza: “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece”.
Estas palabras no son meramente una expresión de optimismo o autoafirmación, sino una afirmación de la suficiencia del poder de Cristo en la vida del creyente. Pablo no habla de logros mundanos o de la capacidad humana, sino de la capacidad divina que se manifiesta en aquellos que confían en Cristo.
Cuando decimos “todo lo puedo en Cristo”, estamos reconociendo nuestra dependencia total de Él. Nos damos cuenta de que en nuestra debilidad, Él es nuestra fortaleza. En nuestros momentos de duda, Él es nuestra fe. En nuestras pruebas y tribulaciones, Él es nuestra paz.
Este versículo nos recuerda que, en Cristo, no hay límites para lo que podemos lograr. No importa cuán grandes sean nuestros desafíos o cuán difíciles sean nuestras circunstancias, podemos enfrentarlos con valentía y confianza, sabiendo que Él está con nosotros y nos fortalece.
Que esta verdad sea un recordatorio constante en nuestras vidas, que en Cristo encontramos la fuerza para superar cualquier obstáculo y la gracia para perseverar en cualquier situación. Que nuestra confianza esté siempre en Él, quien nos fortalece y nos capacita para vivir vidas que honran y glorifican Su nombre.