Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí.

Juan 14: 6

Amados, en este pasaje encontramos una declaración extraordinaria de nuestro Señor Jesucristo que resuena a lo largo de los siglos con una claridad y una autoridad incomparables. Jesús dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí.

En estas simples, pero profundas palabras, Jesús establece una verdad fundamental que es central para la fe cristiana: Él es el único camino hacia Dios. No hay otro camino, no hay otra verdad, no hay otra vida eterna fuera de Él.

Jesús no se presenta como un guía entre muchos, ni como un maestro entre varios; Él se presenta como el único camino infalible hacia la salvación. Él es la verdad encarnada, la revelación final de Dios al hombre. Y Él es la vida eterna, la fuente misma de toda vida espiritual.

En un mundo lleno de voces que prometen caminos alternativos hacia la verdad y la vida eterna, Jesús se presenta como la respuesta definitiva. Él no solo nos muestra el camino hacia Dios, sino que Él mismo es ese camino. En Él encontramos la verdad que satisface nuestras almas y la vida que trasciende la muerte.

Que esta verdad resuene en nuestros corazones y guíe nuestras vidas, recordándonos que solo en Cristo encontramos la plenitud de la vida y la esperanza de la eternidad junto a nuestro Padre celestial.

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