Más el impío, si se apartare de todos sus pecados que hizo, y guardaré todos mis estatutos, e hiciere según el derecho y la justicia, de cierto vivirá; no morirá.
Ezequiel 18:21
Reflexión de Ezequiel 18:21
Tabla de contenidos
Más el impío, si se apartare de todos sus pecados que hizo, y guardaré todos mis estatutos, e hiciere según el derecho y la justicia, de cierto vivirá; no morirá.
“Más el impío…”
El texto comienza con una conjunción adversativa (“Más”), que implica un contraste con los versículos anteriores (v.19-20), donde se afirma la responsabilidad personal. Aquí el «impío» es aquel que ha vivido deliberadamente en oposición a la voluntad de Dios.
“… Si se apartare de todos sus pecados…”
El verbo “apartaré” (שׁוּב, shub en hebreo) implica un cambio total de dirección: arrepentimiento genuino. El concepto no es solo cesar el mal, sino volverse activamente hacia Dios.
“… Guardaré todos mis estatutos…”
No es un legalismo meramente exterior, sino una vida rendida a la justicia de Dios. La obediencia se convierte en evidencia del nuevo corazón.
“… De cierto vivirá; no morirá.”
Esta promesa es enfática: «de cierto» (hayyô yihyeh) subraya la seguridad de la vida que resulta del arrepentimiento. No se refiere solo a la vida física, sino a una vida restaurada delante de Dios.
Contexto histórico y teológico:
Ezequiel profetiza en el exilio en Babilonia. El pueblo de Judá acusaba a Dios de injusticia (v.25, v.29) y de que estaban pagando por los pecados de sus padres. Dios, a través del profeta, corrige este malentendido y afirma la responsabilidad moral individual.
Principio teológico:
El corazón del texto es la gracia de Dios manifestada en el arrepentimiento. Aun el más malvado puede encontrar misericordia si se vuelve a Él. No es un mensaje de mérito humano, sino de la transformación que Dios otorga por su Espíritu.
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Paralelos:
Isaías 55:7 – «Deje el impío su camino…»
Lucas 15:11-32 – Parábola del hijo pródigo. Refleja el mismo principio: el pecador arrepentido es restaurado completamente.
2 Pedro 3:9 – «No queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento.»
Hechos 3:19 – «Arrepentíos… para que vengan tiempos de refrigerio de la presencia del Señor.»
Contrastantes:
Hebreos 10:26-27 – El que peca deliberadamente sin arrepentimiento enfrenta juicio.
Mateo 7:23 – “Nunca os conocí” para quienes hicieron obras sin obediencia genuina.
Apocalipsis 2:5 – El llamado a recordar, arrepentirse y volver a las primeras obras, o se quita el candelero.
- Implicaciones eternas
Este pasaje, aunque está en un contexto del Antiguo Testamento, prefigura el juicio final donde cada uno será juzgado por sus obras (cf. Apoc. 20:12). El arrepentimiento aquí no solo salva de la muerte física, si no anticipa el juicio escatológico donde solo quienes han sido regenerados vivirán eternamente con Dios.
El mensaje se alinea con la enseñanza de Jesús sobre el nuevo nacimiento y la necesidad de una transformación interna, no solo de cumplimiento externo de la ley.
- Aplicación:
“La Puerta Siempre Abierta para el Peor de los Pecadores”
Introducción:
“Hay quienes piensan que han cruzado el punto sin retorno, que la gracia no es para ellos. Pero hoy, como Ezequiel clamó desde el exilio, Dios te dice: ¡vuélvete y vivirás!”
I. La Condición del Impío
“… Todos sus pecados que hizo…”
No hay intento de justificar al impío: su culpabilidad es clara.
Pero tampoco hay límite en el perdón disponible.
II. El Camino del Perdón
“… Si se apartare… y guardaré…”
La gracia demanda un cambio real. No es un simple remordimiento.
La justicia que se requiere no se produce por obras humanas, sino por una vida redimida por Dios.
III. La Certeza de la Promesa
“… De cierto vivirá…”
No hay lugar a dudas: el arrepentido vive.
Vida aquí y vida eterna. Vida con propósito y comunión con Dios.
Conclusión:
“El infierno está lleno de personas que escucharon la advertencia pero no actuaron. El cielo está lleno de antiguos impíos que se volvieron y encontraron gracia. ¿Cuál será tu historia?”
- Aplicación práctica para hoy
Para el pecador endurecido: Nunca es tarde. Hay una puerta abierta.
Para el creyente: Examina tu caminar. La obediencia es fruto del nuevo corazón, no medio para ganarse el cielo.
Para la iglesia: Proclama el arrepentimiento, pero siempre unido a la esperanza.

Contexto Inmediato:
El capítulo 18 combate la idea fatalista del proverbio popular: “Los padres comieron las uvas agrias, y los dientes de los hijos tienen la dentera” (v.2).
Israel justificaba su sufrimiento culpando a generaciones pasadas.
Dios responde con un mensaje de esperanza individual y transformación moral.
Contexto General en Ezequiel:
El profeta no solo anuncia juicio, sino que siempre deja una puerta abierta al perdón, especialmente en los capítulos 18, 33 y los oráculos de restauración (cap. 36-37).
3.
a.
“El texto no dice que el impío mejoró un poco o hizo promesas. ¡No! Dice que se apartó de todos sus pecados. Tal es la obra de la gracia irresistible.”
b. Salvación por gracia, evidencia por obediencia
“Guardar los estatutos del Señor no nos salva, pero es señal segura de que hemos sido vivificados.”
c. Llamado universal con gracia eficaz
“Dios no se deleita en la muerte del impío. Por eso clama: ‘¡Vuélvete y vivirás!’ Aun cuando el alma está al borde del infierno, hay esperanza si regresa.”
4. Idea en común
Salmo 51 David se aparta del pecado: “Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio”
Jonás 3:10 Nínive, ciudad impía, se aparta y Dios los perdona
Ezequiel 33:11 Repetición del llamado: “No quiero la muerte del impío, sino que se vuelva y viva”
Romanos 2:4 “La benignidad de Dios te guía al arrepentimiento”

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