Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio.

2 Timoteo 1:7

Reflexión de 2 Timoteo 1:7

poder, amor y de dominio propio.


«Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio.»
En este verso, el apóstol Pablo instruye a su discípulo Timoteo sobre la naturaleza del espíritu que Dios le ha concedido. Es un llamado a la fortaleza espiritual y a la confianza en medio de las dificultades y desafíos del ministerio cristiano.


hermanos, La carta de Pablo a Timoteo es personal y pastoral, escrita desde una perspectiva de mentoría y aliento en medio de las adversidades. En el capítulo 1, Pablo anima a Timoteo a mantener la fe y la valentía.

«No nos ha dado Dios espíritu de cobardía»: La palabra griega para «cobardía» es deilia, que denota timidez o temor. Dios no nos llama a vivir con miedo, sino con valentía y confianza en Su poder.

«Sino de poder»: El poder proviene de Dios mismo. Es el poder para predicar el Evangelio, para resistir la tentación y para enfrentar la persecución.

«De amor»: El amor es un fruto del Espíritu Santo (Gálatas 5:22), es esencial en el servicio cristiano y en las relaciones personales.

«Y de dominio propio»: El dominio propio es el autocontrol que el Espíritu Santo produce en nosotros, capacitándonos para tomar decisiones sabias y resistir las pasiones pecaminosas.


Este versículo resume cuatro cualidades esenciales del espíritu que Dios da a sus hijos:

Poder: Para vivir una vida victoriosa y efectiva.
Amor: Que define nuestras relaciones con Dios y con los demás.
Dominio propio: Que nos permite mantenernos firmes en la fe y en la moral cristiana.

1 Juan 4:18: Mientras que 2 Timoteo 1:7 enfatiza que Dios no nos da un espíritu de cobardía, sino de poder, amor y dominio propio, 1 Juan 4:18 nos enseña que el amor perfecto de Dios echa fuera el temor. Ambos versículos subrayan la idea de que el temor y la cobardía no deben dominar la vida del creyente, sino que el amor y el poder de Dios deben ser nuestras fortalezas.

Para los creyentes, 2 Timoteo 1:7 es un recordatorio constante de la provisión divina para enfrentar los desafíos con valentía y confianza. Cuando nos sentimos débiles o temerosos, podemos confiar en que Dios nos ha equipado con su Espíritu Santo, que nos capacita con poder, nos llena de amor y nos da dominio propio. Este versículo nos llama a vivir una vida cristiana que refleje estas cualidades, confiando en la fortaleza que proviene de Dios y no en nuestras propias limitaciones.

amados hermanos y amigo en Dios esta nuestras fuerzas y sus tentó, capacitándonos para su obra con fortaleza y dominio propio y esto no es de nosotros pues es un don de Dios a través de su espíritu santo.

En conclusión, 2 Timoteo 1:7 nos ofrece un profundo consuelo y un desafío simultáneo. Nos consuela al recordarnos que Dios nos ha equipado con un espíritu de poder, amor y dominio propio, eliminando todo temor y cobardía que puedan surgir en nuestras vidas. Este versículo es una afirmación de la fortaleza que encontramos en la presencia y el poder de Dios en nuestras vidas cristianas.

Al mismo tiempo, nos desafía a vivir de acuerdo con estas cualidades divinas. Nos llama a actuar con valentía y determinación en nuestro testimonio del Evangelio, a amar a Dios y a los demás con un amor genuino y a ejercer un dominio propio que refleje el carácter de Cristo en todas nuestras decisiones y acciones.

Que este versículo nos inspire a confiar plenamente en la provisión y el poder de Dios, y a vivir cada día de manera que honre y glorifique Su nombre, siendo testigos vivos de Su amor transformador en un mundo que necesita desesperadamente de Su luz y esperanza.

que el amor perfecto de Dios echa fuera el temor


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