11 Y vino el ángel de Jehová, y se sentó debajo de la encina que está en Ofra, la cual era de Joás abiezerita; y su hijo Gedeón estaba sacudiendo el trigo en el lagar, para esconderlo de los madianitas.
12 Y el ángel de Jehová se le apareció, y le dijo: Jehová está contigo, varón esforzado y valiente.

Jueces 6:6-21

 Reflexión de Jueces 6:6-21

Historia de Gedeón

Jueces 6:6-21
6 De este modo empobrecía Israel en gran manera por causa de Madián; y los hijos de Israel clamaron a Jehová.
7 Y cuando los hijos de Israel clamaron a Jehová, a causa de los madianitas,
8 Jehová envió a los hijos de Israel un varón profeta, el cual les dijo: Así ha dicho Jehová Dios de Israel: Yo os hice salir de Egipto, y os saqué de la casa de servidumbre.
9 Os libré de mano de los egipcios, y de mano de todos los que os afligieron, a los cuales eché de delante de vosotros, y os di su tierra;
10 y os dije: Yo soy Jehová vuestro Dios; no temáis a los dioses de los amorreos, en cuya tierra habitáis; pero no habéis obedecido a mi voz.
11 Y vino el ángel de Jehová, y se sentó debajo de la encina que está en Ofra, la cual era de Joás abiezerita; y su hijo Gedeón estaba sacudiendo el trigo en el lagar, para esconderlo de los madianitas.
12 Y el ángel de Jehová se le apareció, y le dijo: Jehová está contigo, varón esforzado y valiente.

13 Y Gedeón le respondió: Ah, señor mío, si Jehová está con nosotros, ¿por qué nos ha sobrevenido todo esto? ¿Y dónde están todas sus maravillas, que nuestros padres nos han contado, diciendo: No nos sacó Jehová de Egipto? Y ahora Jehová nos ha desamparado, y nos ha entregado en mano de los madianitas.
14 Y mirándole Jehová, le dijo: Ve con esta tu fuerza, y salvarás a Israel de la mano de los madianitas. ¿No te envío yo?
15 Entonces le respondió: Ah, señor mío, ¿con qué salvaré yo a Israel? He aquí que mi familia es pobre en Manasés, y yo el menor en la casa de mi padre.
16 Jehová le dijo: Ciertamente yo estaré contigo, y derrotarás a los madianitas como a un solo hombre.
17 Y él respondió: Yo te ruego que si he hallado gracia delante de ti, me des señal de que tú has hablado conmigo.
18 Te ruego que no te vayas de aquí hasta que vuelva a ti, y saque mi ofrenda y la ponga delante de ti. Y él respondió: Yo esperaré hasta que vuelvas.
19 Y entrando Gedeón, preparó un cabrito, y panes sin levadura de un efa de harina; y puso la carne en un canastillo, y el caldo en una olla, y sacándolo se lo presentó debajo de aquella encina.
20 Entonces el ángel de Dios le dijo: Toma la carne y los panes sin levadura, y ponlos sobre esta peña, y vierte el caldo. Y él lo hizo así.
21 Y extendiendo el ángel de Jehová el báculo que tenía en su mano, tocó con la punta la carne y los panes sin levadura; y subió fuego de la peña, el cual consumió la carne y los panes sin levadura. Y el ángel de Jehová desapareció de su vista.


La historia de Gedeón se encuentra en el libro de Jueces, capítulos 6 al 21. Gedeón era un joven de la tribu de Manasés que fue llamado por Dios para liberar a Israel de la opresión de los madianitas. A pesar de considerarse a sí mismo débil e insignificante, Dios lo escogió para llevar a cabo una gran obra.

Al principio, Gedeón dudaba de su capacidad para llevar a cabo la misión que Dios le había encomendado. Sin embargo, Dios le aseguró que estaría con él y lo fortalecería en la batalla. Gedeón, confiando en la promesa divina, reunió un ejército conformado por tan solo 300 hombres, siguiendo las instrucciones precisas de Dios.
Dios demostró su poder y fidelidad al entregar a los madianitas en manos de Gedeón y su pequeño ejército. A través de estrategias ingeniosas y obediencia a la voluntad de Dios, Gedeón logró una victoria impresionante, mostrando que la verdadera fortaleza proviene de la confianza en Dios y no de nuestras propias habilidades.

En todo este relato, vemos cómo Dios utiliza a personas aparentemente ordinarias para llevar a cabo sus propósitos. A través de la historia de Gedeón, aprendemos la importancia de confiar en la providencia y guía de Dios en medio de nuestras debilidades y limitaciones. Dios no llama a los capacitados, Él capacita a los llamados.


La historia de Gedeón nos enseña que la verdadera fortaleza y victoria vienen de Dios. A través de la fe, obediencia y dependencia en Él, podemos enfrentar cualquier desafío que se presente en nuestra vida. Dios no se limita por nuestras limitaciones, sino que Él las transforma en instrumentos de su gloria.

Así como Gedeón experimentó la fidelidad y poder de Dios al enfrentar a los madianitas, nosotros también podemos confiar en que Dios está con nosotros en cada batalla que enfrentamos. Su promesa de estar con nosotros y fortalecernos nunca falla. Que la historia de Gedeón nos inspire a confiar plenamente en Dios, a seguir sus mandatos y a creer que Él puede obrar maravillas a través de nuestras vidas, sin importar cuán débiles nos consideremos. ¡Que nuestra confianza esté puesta en el Todopoderoso que nos capacita para la victoria en Cristo Jesús!

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