El Señor no retarda su promesa, según algunos la tienen por tardanza, sino que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento.
2 Pedro 3:9
Reflexión de 2 Pedro 3:9
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El Señor no retarda su promesa
Antes de profundizar en el versículo en cuestión, es crucial entender el contexto, la cultura, el autor y la audiencia. 2 Pedro 3:9 es parte de una carta escrita por el apóstol Pedro a creyentes dispersos, instándolos a crecer en la fe y advertirles sobre falsos maestros y la venida del Señor.
La Biblia presenta una narrativa coherente acerca de la naturaleza y los propósitos de Dios. La síntesis bíblica nos ayuda a comprender cómo un versículo específico se ajusta a esta narrativa más amplia. En este caso, 2 Pedro 3:9 nos enseña que Dios es paciente y misericordioso, deseando que todos lleguen al arrepentimiento. Esta idea se refleja a lo largo de las Escrituras, desde el Antiguo Testamento hasta el Nuevo, donde vemos a un Dios que busca restaurar la relación rota entre Él y la humanidad.
Ahora, desglosemos 2 Pedro 3:9:
«El Señor no retarda su promesa, según algunos la tienen por tardanza, sino que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento.»
«El Señor no retarda su promesa»: Pedro está refiriéndose a la promesa del retorno de Cristo. Aquí, él enfatiza que el aparente retraso en la venida del Señor no es una señal de olvido o negligencia por parte de Dios, sino más bien una demostración de Su paciencia.
«Es paciente para con nosotros»: Esta paciencia divina revela el deseo de Dios de dar a las personas tiempo para arrepentirse y volverse a Él. Es un acto de amor y gracia.
«No queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento»: Este es el corazón del versículo. Aquí, Pedro destaca la voluntad divina de la salvación universal. Dios no quiere que nadie se pierda, sino que todos lleguen al arrepentimiento y sean salvos.
Contraste con otros pasajes:
Juan 3:16 (RV): «Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.» Aquí vemos el mismo deseo de Dios de que ninguno perezca, sino que todos tengan vida eterna a través de la fe en Jesucristo.
Ezequiel 18:23 (RV): «¿Acaso me complazco yo de la muerte del impío? dice Jehová el Señor. ¿No vivirá, si se apartare de sus caminos?» Este verso enfatiza la voluntad de Dios de que el impío se aparte de su maldad y viva, mostrando su deseo de perdón y restauración en lugar de juicio.
En resumen, 2 Pedro 3:9 nos recuerda que la aparente tardanza del retorno de Cristo no es señal de indiferencia por parte de Dios, sino una demostración de Su paciencia y amor, deseando que todos lleguen al arrepentimiento y sean salvos
En conclusión, mi queridos hermanos ,cuando nos sumergimos en 2 Pedro 3:9, encontramos una profunda revelación del carácter de Dios: Su paciencia es el eco de Su amor inquebrantable. Este verso nos llama a una reflexión, a entender que la demora aparente del retorno de Cristo no es una señal de indiferencia divina, sino una expresión suprema de Su deseo de redimir a la humanidad. Así, en medio de nuestras impaciencias y ansiedades, encontramos reposo en la certeza de que el corazón de Dios late con el anhelo de la reconciliación y el perdón para todos sus hijos.
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